lunes, 13 de octubre de 2008

Dura la pobreza...

Es dura la pobreza... cuando era chica, en mis vacaciones en La Riestra se me hacían evidentes los casos de extrema necesidad. Esos detalles que delatan el hambre ("-Deme 2 pesos de mortadela y un peso de kerosén", y mi tía en el boliche afilando el cuchillo para tajear la delgada rodajita para muchos. Luego, agachándose para embocarle al embudo en la botella que iluminaría tan magra cena)

Por eso hoy traigo este cuento de Juan José Morosoli: El velatorio


BENTOS había terminado la jornada. Tomaba unos mates, tranquilo, sentado sobre un tronco cuando llegó la policía. Venía a mata caballo con el aviso del comisario. Mandaba decir éste que fuera al pueblo enseguida.

-Qué pasa? -preguntó Bentos.
-Parece que un hijo suyo "es" muerto.
Bentos ensilló en seguida y partió.

Si quiere leer todo el cuento completo (es corto y muy emotivo), haga clic aquí.

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