Esta noche fui a comer a restaurante casi vacío. De repente descubro en un recodo del salón ¡una fiesta! Música colombiana (Los Tigres del Norte), risas, chicos durmiendo en brazos de las abuelas y chicas contoneándose al compás de la cumbia.
Me trajo el recuerdo de un patio riestrense, rociado con agua jabonosa. Y la radio prendida con El Cuarteto Imperial sonando. Adiós adiós corazón, adiós adiós mi ilusión... Y mis primas bailando, preparándose para las noches del Prado Italiano.
Carnavales riestrenses.
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